algo tan normal
Era todo muy normal, algo que yo no quería ser ni quería que ella fuese, una adaptación mil veces reinventada por otras personas, todo era muy mundo, un como tiene que ser, y creo que ese fue el problema. Dos polos opuestos intentando formar uno nuevo, un quiero usurpado por un tengo, semanas sin un recreo para poder extrañarse.
No es que todo haya sido tan feo, pero nunca llego a ser tan lindo, ella estaba, yo estaba, estábamos, nos besábamos, nos peleábamos, nos volvíamos a besar, nos mirábamos sin saber hablar, nos odiábamos para luego hacernos el amor, nos gritábamos sin dejarnos escuchar, nos reíamos por que necesitábamos ser alegres, nos callábamos para hacernos enojar. Así era nuestro tiempo, así era el tiempo que una vez nos prometimos no llamar perdido, y quizás ese tiempo fue el que nos hizo distanciar, el que nos hizo dejarnos ser el uno sin el otro, y quizás también fue ese mismo tiempo el que me hizo dejar de ser el que ella quería que fuese, y dejar de intentar que ella fuese lo que yo quería ser.
Nos usábamos para creer ser felices al menos por un rato, nos abrazábamos para no podernos ver, nos confesábamos mentiras, nos recriminábamos frases que no nos decíamos pero que no nos tendríamos que haber dicho.
Había noches en que nadie podía con nosotros, noches en que las estrellas titilaban por el placer de nuestra mirada, noches en las que el sol no se atrevía a interrumpirnos ,noches en que la soledad no era para nadie mas que nosotros, lo que no supimos darnos cuenta es que esas noches no eran nuestras, eran de ella, eran mías, no nuestras, las estrellas titilaban por su mirada, por la mía, no por la nuestra, el sol no la interrumpía a ella, no me interrumpía a mi, no a nosotros, su soledad era suya, mi soledad era mía no de los dos, pero no sabíamos darnos cuenta de eso, de eso que nos hacia creer tan especiales como todos se creen.
Entre almuerzos y cenas familiares, salidas de pareja, amigos que nos obligábamos a tener, juegos que solíamos inventar, festejos a donde nos gustaba acompañarnos, borracheras que nos sinceraban un poco mas, sobrevivíamos, nos mantenía dentro de donde queríamos estar, dentro de donde pensábamos que teníamos que estar, por que era mas cómodo, ahí adentro las cosas ya estaban echas, era cuestión de quedarse quieto y dejar que pase de lo que tenia que pasar, todo era muy fácil, tan fácil que se hacia difícil hasta a veces casi imposible, pero a nosotros no nos importaba, disimulábamos, y nos decíamos estar mejor de lo que nunca estuvimos, y así seguíamos entre esfuerzos y mentiras, entre sacrificios y reproches, pero sin tanto esfuerzo y con muchas mentiras, sin tanto sacrificio y con muchos reproches.
Los días no existían si no nos veíamos, mejor dicho no existían días en que no nos veíamos, en su casa donde todo era silencio o a lo sumo voz baja, el aire tan puro que asfixiaba, las persianas cerradas por miedo a no se que, el parque un lugar al que pocas veces se iba, los ambientes gigantes en donde te podías perder, las escaleras una ruta hacia el enigma de las piezas, la cocina el refugio donde acostumbrábamos estar, con música que no me dejaba elegir y entonces yo no le dejaba escuchar, con mates de aburrimiento, y risas sin gracia para no preocuparnos. En mi casa donde todo era mas normal que nosotros, con una incomodidad que yo creaba para jugar un poco, un aire tan humo que también asfixiaba , las persianas tan abiertas que el sol molestaba, el patio tan a la vista que para que ir, los ambientes tan chicos que nos hacia estar un poco mas juntos, las piezas tan cerca que nos daba fiaca ir, los sillones un refugio donde acostumbrábamos estar, con música que esta vez yo elegía y ella no me dejaba escuchar, con mates un pocos mas lavados pero mas divertidos, y con risas forzadas hasta tentarnos .
A veces ella no me decía de ir a su casa por que yo no le decía de ir a la mía, entonces nos encontrábamos en una plaza, donde a pesar de estar juntos podíamos respirar mas libremente. Yo era un poco mas alegre, a ella le costaba entender esa alegría y trataba de callarme, de sentarme de calmarme, tratando de que seamos como todos los que estaban allí, intentaba taparse como si así no la pudiesen ver, yo me reía un poco mas y luego me resignaba y dejaba caer mi cabeza sobre sus piernas, ella mas tranquila me compensaba acariciándome el pelo y entre un interminable encender de cigarrillos comenzábamos a hablar de todo lo que habíamos pasado, de lo que estaba pasando y de lo que decíamos querer que pase.
Lo que había pasado ya había pasado no se podía hacer mucho, nos pedíamos un perdón que ya se había pedido, nos perdonábamos algo que ya nos habíamos perdonado, nos reíamos o llorábamos, nos besábamos y pasábamos a lo que estaba pasando.
Lo que estaba pasando nunca sabíamos bien que era, o lo sabíamos demasiado bien y no nos animábamos a decirlo, siempre tratábamos de creer que lo que estaba pasando era mejor que lo que habíamos pasado, que estábamos progresando, que nuestros errores nos habían enseñado algo que en verdad nunca aprendimos, sin mas que eso nos conformábamos nos reíamos o llorábamos, nos besábamos y pasábamos a lo que decíamos querer que pase.
Lo que decíamos querer que pase nunca pasaría aunque en ese momento no nos importaba, por momentos creo que los dos sabíamos que eso nunca pasaría y por eso nos decíamos querer que pase, después de algunos años mas de novios, iríamos a vivir juntos para convivir antes de casarnos, luego de uno o dos años de convivencia cuando cada uno terminara con su carrera, nos casaríamos a pesar de mis ideales, yo lo haría por ella, y ella iría a Egipto de luna de miel por mi, quizás con el tiempo nos fuéramos de la ciudad para seguir con la normalidad en un paisaje que no fuera el de siempre, los hijos vendrían sin apuro pero vendrían, la idea era tener dos mellizos varones, que se llamarían quien sabe como ya que nunca lograbamos ponernos deacuerdo, podrían haberse llegado a llamar segur ella, maximiliano, y Federico, según yo Lázaro y Fabricio, luego queríamos dos nenas pero no mellizas, según ella las mas grande se podría haber llegado a llamar Laura, según yo Malena y en la que si coincidíamos era en las mas chiquita que pretendíamos sea la mal criada, que se podría haber llegado a llamar Micaela. De a poco se irían yendo y nos iríamos quedando solos otra vez se casarían como lo hubiéramos querido hacer nosotros en ese momento y luego nos darían nietos que a medida que irían creciendo nos verían cada vez menos, luego uno de los dos moriría primero, yo decía que yo, ella decía que ella y el otro esperaría con la ilusión de encontrarnos no sabíamos donde, así habíamos decidido que fuese lo que nos decíamos querer que pase, aunque nunca pasaría.
Luego de un tiempo mientras todo era igual que siempre, mientras todo pasaba como esperábamos que pase, todo termino, no se bien cual fue la razón que hizo que por fin pudiésemos ver lo que antes no podíamos ver, pero la vimos, no se cual fue el motivo que nos hizo llorar para llegar a ser felices, pero lo encontramos, quizás fue un impulso premeditado, alguna mentira que no nos creímos, o una verdad a destiempo, no lo se pero paso, y esta bien que haya pasado.
Si alguien me pregunta si fue amor, lo único que puedo responder es que el amor nos miente como nosotros le mentimos al amor, si alguien me pregunta si la odio, lo único que le puedo responder, es como puedor llegar a odiar a alguien que nunca pude llegar a amar.
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