viernes, 28 de marzo de 2008

Sin saber

Ya estoy demasiado cansado
Las calles no me recuerdan
Las camino todos los días pero ni siquiera me miran
Se perdió el encanto.
Mientras espero el tren una dama me pide un beso
Se lo niego, tengo mucha prisa.
Aunque nadie me espere tengo que llegar.
Trato de dormir, hay que escaparse de vez en cuando
Pero siete estaciones atrás me olvide quien era
Y eso ya me esta empezando a preocupar.
Se que no soy el hombre que esta sentado en frente mió
Yo no suelo usar bufanda
Tampoco soy ese que esta junto a la puerta esperando su destino
No soy tan ansioso, las cosas suceden igual.
Tengo que bajarme, necesito sol y hace frío
Eso me pasa por no usar bufanda.
Esta bocanada de humo parece eterna
ya no tendría que fumar, se torna agotador
Este parque me resulta conocido
por aquí ya debo haber andado
y seguro que me senté en este mismo banco
suelo ser tan predecible.
Una vez más me reto por no escribir mas seguido
Me falta disciplina de escritor
Pero si escribiese todos los días no podría escribir toda mi vida
Se me acabarían las letras, y ya no tengo plata
Tendría que volver se me debe estar haciendo tarde
Y no me gusta retrasarme, cuando tengo cosas que hacer
Todavía tengo que acordarme de mí, en la estación que lo olvide
Besar a la dama que me pidió un beso mientras esperaba el tren
Y comprarme una bufanda, esta haciendo mucho frío


Nicolás Barbaglia

1 comentario:

Cristina López dijo...

Hago el comentario, atrasadisimo porque esta hecho el día de mi cumple.
Autor: Eduardo Galeano.
EL MUNDO
Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo. A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.
-El mundo es eso - reveló - Un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.
No hay dos fuegos iguales.
Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores.
Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco que llena el aire de chispas.
Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.
Es tiempo de encenderse!!!